Hable acerca de una cultura de dietas tóxicas en el trabajo –
Si trabaja en una oficina, es probable que haya escuchado la charla tóxica sobre la cultura de la dieta. Ya sea que su jefe muestre su última «limpieza» o que su colega haga comentarios sobre su peso, estas conversaciones pueden ser difíciles de manejar. Pero hay algunas estrategias que puede utilizar para hacerlo más fácil. Estos son algunos consejos para lidiar con la cultura alimentaria tóxica en el trabajo.
¿Qué es la cultura alimentaria y por qué es perjudicial?
La cultura alimentaria se refiere a una norma social y un sistema de creencias que promueve prácticas dietéticas destructivas y poco saludables, ya sea saltándose comidas y ayunando, haciendo ejercicio compensatorio, moralizando los alimentos como «buenos» o «malos» o preocupándose por el propio peso. Tiene sus raíces en una industria capitalista de miles de millones de dólares donde la marca, el marketing y las imágenes corporales «perfectas» poco realistas se perpetúan para vender productos. La cultura alimentaria y sus conversaciones pueden tener graves consecuencias mentales y físicas para las personas, como ansiedad, depresión y obsesión con objetivos de pérdida de peso a corto plazo que ignoran la salud a largo plazo.
La cultura de la dieta fomenta comportamientos poco saludables, como restringir la ingesta de alimentos, evitar los grupos de alimentos ricos en nutrientes e ignorar las señales internas del cuerpo, como el hambre y la saciedad. También puede generar sentimientos de culpa o vergüenza cuando se comen ciertos alimentos porque la sociedad los llama «poco saludables». En última instancia, la cultura alimentaria influye profundamente en cómo pensamos sobre la salud, la dieta y sobre nosotros mismos, por lo que es tan importante tener conversaciones sobre la cultura alimentaria tóxica en el lugar de trabajo.
¿Cómo se manifiesta la cultura alimentaria en el lugar de trabajo?
La cultura alimentaria se manifiesta en el lugar de trabajo de muchas maneras. Esto puede manifestarse en conversaciones aparentemente inocentes sobre alimentos «buenos» y «malos», así como en afirmaciones que implican que ciertos tipos, tamaños o formas de cuerpo son preferibles a otros. Además, los objetivos corporativos de pérdida de peso, los comentarios sobre la elección de alimentos durante las reuniones y las conversaciones sobre refrigeradores de comparación corporal refuerzan la cultura alimentaria en el lugar de trabajo.
¿Cómo puedes tener conversaciones sobre la cultura alimentaria en el trabajo sin quedar atrapado en ellas?
Tener conversaciones sobre la cultura alimentaria en el lugar de trabajo puede ser difícil, pero no tiene por qué serlo. Aquí hay algunos consejos para ayudarlo a evitar discusiones sobre dietas, el cuerpo y comentarios críticos sobre alimentos y opciones de alimentos.
Come lo que quieras e ignora la comidilla de la cultura dietética.
En primer lugar, es importante recordar que lo que elijas comer no es asunto de nadie más que de ti mismo. Comer ciertos alimentos o evitar ciertos alimentos no te hace mejor o peor que nadie. Y no tienes que discutirlo con colegas. Si alguien comenta sobre lo que estás comiendo, simplemente recuérdale que no es asunto suyo y sigue adelante. No participe en más conversaciones sobre este tema, ya que esto solo los alentará.
Lo que puede intentar:
- Puede ser directo y pedirle a la otra persona que no discuta las dietas con usted.
- Puedes cambiar de tema y preguntar si puedes hablar de otra cosa.
- Puedes mostrarle a la persona con la que estás hablando que te preocupas más por ella que por su última dieta diciendo: «Hay muchas cosas más importantes que me gustaría discutir contigo en este momento, como cómo van las cosas». con tu nuevo proyecto en el que estás trabajando? [insert anything that you know about the person, like their pet, hobby, or project, to shift the focus of the conversation away from diet talk.]
ten compasión
Aunque los comentarios de sus colegas pueden ofenderlo fácilmente, intente mostrar compasión por su comportamiento en lugar de enojarse, molestarse o tomar los comentarios como algo personal. Las personas que comentan sobre los hábitos alimenticios de otras personas a menudo lo hacen porque se sienten incómodas con sus hábitos alimenticios. O están tratando desesperadamente de encajar en el mito del “cuerpo perfecto” perpetuado por la cultura de la dieta. Es menos probable que absorba los comentarios de los compañeros de trabajo sobre la comida o el cuerpo si tiene compasión y comprende de dónde vienen sus compañeros de trabajo. Lo más probable es que sus comentarios se refieran a sus propias inseguridades sobre su relación con la comida y no tengan nada que ver contigo.
Escucha lo que tu cuerpo necesita
Lo que es más importante, escuche las necesidades de su cuerpo y respételas sin juzgar ni disculparse. Solo usted sabe qué alimentos le dan energía y salud, así que confíe en usted mismo cuando tome decisiones alimentarias. Recuerde que la comida es el combustible de su cuerpo y que no existe un enfoque único para la nutrición. ¡Lo que se siente bien en el cuerpo de una persona puede ser completamente inaceptable para otra!
Saber poner límites
Es importante recordar que todos tenemos diferentes creencias, valores e ideas sobre lo que es bueno para la salud. No es tu trabajo cambiarlos. Si comienza a sentirse incómodo o deprimido cuando se enfrenta a estas conversaciones, dígale cortésmente a la persona que prefiere no hablar del tema. Siempre que sea posible, redirija la conversación mencionando temas relacionados con el trabajo, como próximos proyectos, fechas límite o reuniones.
Vete
Cuando los colegas comienzan a hablar sobre la cultura alimentaria tóxica, a veces es mejor simplemente alejarse. Tomar un descanso de la situación y cambiar de escenario te permitirá reiniciar y volver a concentrarte en conversaciones más productivas. Intente almorzar en el automóvil o en un parque local. Tómese un tiempo para usted y no hable sobre la cultura de la dieta.
Encuentra un aliado
Encontrar un aliado en el lugar de trabajo que también trate de evitar hablar sobre la cultura alimentaria tóxica puede hacer que navegar por las conversaciones sobre la cultura alimentaria sea mucho más fácil. Saber que tienes a alguien a tu lado que aprecia lo mismo que tú puede ser increíblemente inspirador. También hace que sea más fácil apoyarse mutuamente durante los momentos difíciles y volver a centrar la atención en temas más saludables como el establecimiento de metas, el cuidado personal y una imagen corporal positiva. Ser capaz de hablar abiertamente sobre estas cosas con alguien que entienda puede ayudarlos a ambos a mantenerse encaminados en sus viajes personales y evitar que se involucren en conversaciones dañinas que ocurren en el lugar de trabajo.
Aprender a hablar sobre la cultura de los alimentos tóxicos en el trabajo puede ser un proceso difícil pero importante en su camino hacia la salud. Si la conversación sobre la cultura de la dieta o la salud entra en un territorio que lo hace sentir incómodo, siéntase libre de retroceder o terminar la conversación por completo. Si necesita apoyo adicional, haga una cita con uno de nuestros nutricionistas.