Consejos para protegerse de las bacterias alimentarias
Las enfermedades de transmisión alimentarias por diferentes tipos de gérmenes es un problema mundial de salud pública, un tema que se acentúa aún más en los países con problemas sanitarios en general. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, solo en 2016 el 10% de las personas padecieron de algún tipo de infección por mala manipulación de los alimentos. La relación entre las prácticas incorrectas de manipulación y la aparición de estas infecciones es muy cercana. Por lo tanto, las medidas de prevención disminuyen en gran medida los riesgos. Estas medidas las podemos dividir en la preparación del entorno en el que se van a preparar los alimentos y en la manipulación de los mismos.
Limpieza y desinfección
Tanto el baño como la cocina son las áreas más propicias para el crecimiento de gérmenes porque se maneja constantemente materia orgánica, por lo que requieren de especial atención para evitar cualquier infección. Algunos gérmenes pueden sobrevivir y proliferar en cuestión de horas, a menos que se tomen las medidas antes de ese tiempo.
Existen aditivos antibacterianos que frenan el crecimiento de bacterias o las eliminan para prevenir la contaminación por las mismas. Una forma de tenerlos en casa es colocar cerámica antibacteriana en la cocina. Siempre será necesario limpiar la cocina después de haber preparado la comida. Es una tarea tediosa que requiere especial atención si se ha trabajado con alimentos de origen animal. Para ello, usa agua caliente y soluciones domésticas en suficiente cantidad. Después de terminar, basta con remover los productos y usar una toalla para secar.
La manipulación segura de alimentos
Los alimentos se pueden contaminar con bacterias y otros gérmenes con más facilidad de la que parece. Unos ya vienen con propia flora bacteriana que no es apta para que nosotros la consumamos, así que su preparación requiere de bastante cuidado para eliminarla y no transmitirla a otros alimentos.
- Limpia las superficies de la cocina con los productos apropiados antes y después de preparar los alimentos. Luego, lava tus manos a conciencia antes de tocar la comida. Incluso, es preferible volver a lavar las manos mientras se está cocinando.
- Limpia con frecuencia los utensilios durante la preparación: se lavan después de usarlos en alimentos crudos y antes de tocar con ellos alimentos cocidos.
- Con respecto al punto anterior, la tabla de picar requiere de bastante atención. Siempre será necesario lavarla después de cortar sobre todo carnes crudas para cocinar.
- Lavar las frutas y verduras antes de comerlas crudas.
- Cocinar los alimentos congelados después de descongelarlos en la nevera. Los alimentos descongelados no se pueden volver a colocar en el congelador una vez, a menos que se hayan cocinado.
- Evitar comer carnes y huevos crudos o mal cocidos porque pueden tener bacterias que son dañinas para el cuerpo humano.
- Los alimentos preparados no pueden pasar más de dos horas al aire libre para evitar que proliferen las bacterias.
- Para guardar los alimentos cocidos, hay que lavar bien los envases y esperar a que la comida llegue a temperatura ambiente. A continuación, se pueden guardar bien cerrados los envases en el congelador o la nevera.
De todas formas, no estaría de más hacer una formación en manipulación de alimentos. No es algo imprescindible, pero viene bien para las personas que no se han encargado por su propia cuenta de cocinar o incluso de hacer las compras y guardar las comida.
La suma de las diferentes medidas mejora la prevención. Desde implementar superficies antibacterianas en la cocina, la limpieza del área antes de la preparación hasta la cocción. Son tareas relativamente fáciles de llevar a cabo, pero se tiene que prestar atención en todo momento.